En el verano de 2014, fuimos a la cordillera a acampar junto con unos amigos de Santiago, el lugar fue cerca de la junta del estero el Durazno con el rio, fue una tarde agradable de verano, compartimos unas cervezas y unos melones para pasar el calor.
Al llegar la tarde nos percatamos que en la cordillera estaba lloviendo, se escuchaban algunos truenos y al pasar unos 10 minutos calleron chispas de lluvia sobre nuestro campamento. en ese rato decidimos irnos a bañar, mis amigos estaban metidos en el agua y yo sobre una roca grande sacandole fotos, cuando derrepente se sintio un ruido fuerte y el agua cambio de cristalina a turbia, traia rocas, palos, tierra aumento su caudal increiblemente dejandonos aislados del camino principal.
Pasaron los tiempos fuimos nuevamente al sector pero por moraleja acampamos lejos de la orilla del rio y a un paso del camino principal, pero fue genial el cambio del caudal y la fuerza que puede ocacionar la naturaleza, disfruten y cuiden de este hermoso
